Hablemos de mí, de ti, de los demás. El tiempo se pierde en nuestras palabras, mas redactamos el origen mismo de la actual hipocresía.
viernes, 3 de abril de 2015
Ambiente.
Cada día me cuestiono por qué este sector donde actualmente habito, es distinto al de mi infancia. Aquí se revela mucho las diferencias tanto sociales como las actitudes. En el sector donde crecí y me desarrollé era todo exactamente igual. Aunque el dinero variaba entre unos y otros, todos nos sentíamos iguales, unidos y juntos. No sé si el desarrollo de la sociedad al pasar los años tenga la culpa, pero debo admitir que odio como es todo ahora. La hipocresía, las mentiras; me hacen concluir que ya ni siquiera existe alguien en quien confiar.
Sólo palabras.
No me importa, a estas alturas. ¿Por qué me confié en darle tanta importancia a alguien?
Entiendo tus problemas, o en verdad.. Los entendía. Por un momento dejé de lado el temor de confiarme tan fácilmente de alguien que llegó a mí, de un día para otro. Estas cosas no pasan, nunca, a menos que tengan un fin poco lógico. ¿Qué pensaste que pasaría?
Acorde los días pasaban me sentía protegida y tranquila. Había encontrado el bien en alguien, que podía oírme y sentir lo que yo sentí, saber que alguien mantenía las mismas vivencias que yo y aprender a superarnos juntos, pero... ¿No me diste excusas luego?
Me acuerdo perfectamente cuando huiste y te marchaste...
Por un momento me asumí como cobarde, no pude enfrentarte y terminé haciendo lo que no quería; alejarme de ti.
Te extraño, y esto me lastima...
Me mentiste, y luego de ocho días tuve que enterarme por un tercero, ¿Crees que fue lo mejor? mentira tras otra, promesas incompletas. Me siento asqueada, siento lástima por mí misma y mi gran humildad para aceptar estas cosas. No comprendo por qué continúo siendo ingenua.
Detesto la existencia tu existencia, pero detesto más mi forma de sufrir las despedidas.